Para que la obra suba primero tiene que bajar. Lo que da consistencia es lo que no se ve, los cimientos. Estamos ya en ello, en dar al edificio una buena base. Pero aun así, por firmes que fueran los cimientos la parroquia sería inconsistente si faltara el cimiento de la fe y de una buena formación cristiana. También hemos de trabajar por ello. El gran peligro de nuestra época es que se viva un cristianismo superficial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario