30 de octubre de 2008

Anteayer nos hicieron una pregunta para la radio:
¿Qué siente Usted al haber comenzado ya las obras de la iglesia de la Rosaleda?
He aquí la respuesta:

Como párroco de esta nueva parroquia de El Buen Pastor lo primero que siento, al haber comenzado, por fin, después de tres largos años las obras de la iglesia es que, cuando me preguntan por las obras ahora ya puedo dar ya una respuesta satisfactoria. Un segundo sentimiento es la sensación de estar soñando. Ha habido que esperar tanto y superar tantas dificultades que ahora casi me parece un sueño imposible. Pero por encima de todo esto está el sentimiento de alegría, una alegría compartida por tantes personas buenas, feligreses y amigos, que están esperando la iglesia con gran ilusión. Otro sentimiento añadido es el de una gran esperanza, puesta no sólo en la construcción del edificio, sino sobre todo en la construcción de una comunidad cristiana ejemplar. Aunque la comunidad parroquial tiene ya tres años de existencia y se han ido desarrollando algunas actividades, falta algo tan fundamental como es el poder celebrar juntos la eucartistía. Sin eucaristía no hay iglesia. Así mismo creo que la construcción de la iglesia es una buena noticia para el barrio de la Rosaleda y su entorno. Será un punto de referencia y de encuentro muy importante, un elemento de cohesión, algo así como el alma del barrio. Realmente las iglesias, en los pueblos y en lass ciudades, tienen un simbolismo especial. Se nota que falta algo y afortunadamente ya queda menos tiempo para llenar este vacío.