De nuevo, tras un breve paréntesis sin movimiento externo, la colocación de la grúa nos anuncia el inicio de una nueva fase, decisiva. Si las cosas no se tuercen será más breve que la precedente, de tres años, antes de iniciarse las obras. En la vida humana ocurre otro tanto. A veces se hacen largos los períodos de formación... pero son necesarios en la construcción de la persona. Aplicado a la vida cristiana, tampoco ésta se improvisa. De ahí la importancia de la formación catequética. A lo largo de estos años venimos trabajando en la formación de los niños y adolescentes de la parroquia. Ello no llama la atención, pero estamos seguros de que repercutirá positivamente en la vida de la nueva comunidad parroquial.
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