Ayer nos fue imposible visitar las obras, pero a última hora del día, cuando era completamente denoche, me acerqué un momento. Hoy espero poder hacerlo, a plena luz, y tomar las correspondientes fotografías. Lo que pude comprobar es que en un solo día los cambios han sido notorios. Ahora la planta que ha ido germinando lentamente crece de manera notoria. Pero también se da la feliz coincidencia de que estos días se están acercando al despacho parroquial más feligreses que de costumbre, especialmente con ocasión de bautizos de sus hijos. De poco serviría el crecimiento de la iglesia a nivel material, si no se diera ese otro crecimiento mucho más fundamental.
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