
Estos locales anejos a la iglesia, aulas y viviendas parroquiales, significan el deseo de no limitar la actividad parroquial a las celebraciones litúrgicas. Es cierto que éstas, y en especial la Eucaristía, son primordiales. Pero hay muchas más tareas que hacer. El contar con buenos locales no lo es todo, pero será una gran ayuda y un importante estímulo.
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