Hoy el evangelio nos presenta a Jesús orando al Padre por sus discípulos. No es cuestión solamente de recordar el pasado. También aquí y ahora Jesús sigue pidiendo por nosotros. Nuestra paz interior viene precisamente de la seguridad que nos da el saber que estamos en buenas manos. De vez en cuando la gente entra a la iglesia rezar. Es bueno que todo el mundo sepa que Él está aquí, siempre, esperándonos.
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