La mañana está espléndida. Los rosales del Bulevar a punto de explotar sus capullos. la iglesia tan radiante como siempre. Acabamos de salir de misa. Buen ambiente. Mucha gente. No es que haya que medir la imprtancia de la misa por el número de personas que asisten, pero es importante que la iglesia no sea un mero adorno del barrio. Hoy el evangelio era una invitación a marnos los unos a los otros. Reunirse a celebrar juntos la fe es una manera de expresar este amor de unos a otros.
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