domingo, 23 de mayo de 2010

23 de mayo de 2010

Espíritu Santo, ven
Más de uno se preguntará a ver por qué al Espíritu Santo se le representa en forma de paloma y son muchas las respuestas que se pueden dar. La respuesta correcta es muy sencilla: porque el Espíritu Santo es como una paloma cuando arrulla. Dicho de forma que se entienda, cuando la paloma quiere cortejar al palomo arrulla, esto es, hace una especie de ruido o de gemido para cortejar, para enamorar al palomo. San Pablo lo dice muy claramente: “el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables”.A veces decimos que no hay fe. Y hasta puede ser que tengamos parte de razón. Pero el Espírirtu Santo no descansa, como la paloma cuando quiere cortejar a su pareja, para que surja en nostros la fe y el amor. Alguien podría caer en la ingenuidad de pensar que en el siglo XXI ya no hacen fallta iglesias, que la gente ya no siente necesidad de Dios. Eso significa querer mandar al paro al Espírirtu Santo. Pero el Espíritu Santo no descansa. Si nos dejamos guiar por Él veremos que no nos deja tranquilos, que quiuere hacernos partícipes de su amor. Razón tenía la hija de Stalin cuando dijo que “no se puede vivir sin Dios en el corazón”. Ni siquiera aquellos que dicen que no creen nada se pueden sentir seguros y cómodos en su increencia. Si el Espírirtu Santo no existiera, o si le resultáramos indiferentes, tal vez sería posible, pero afortunadamente no descansa.Lo que necesitamos es decirle que venga, que nos trasforme, que nos ilumine, que nos de fuerza. Hoy siempre debemos decir sin cesar: Oh Señor, envía tu Espíritu, y renueva la faz de la tierra.

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