martes, 25 de mayo de 2010
25 de mayo de 2010
Escribo casi al final del día. Hace dos horas que terminó la misa. Hasta ahora ha estado viniendo constantemente gente para hablar. Realmente empiezo a darme cuenta de que la parroquia es grande, de que hay mucha gente. Ah, y no hay día que no vengan para algún bautizo. Entiendo que tiene que haber un orden y unas normas, pues de lo contrario cada uno pediría un día y una hora diferentes. Realmente se pasa mal cuando se puede complacer a todo el mundo, pero el bautismo hay que hacerlo en función de la fe y de la comunidad, no de los invitados... De ahí la importancia de que sea en la misa dominical. No es solamente un acto familiar. Es el ingreso de un nuevo miembro en la comunidad cristiana.
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