miércoles, 13 de abril de 2011

13 de abril de 2011

Ayer nuestra parroquia tuvo el honor de acoger a varios enfermos y familiares de enfermos de Parkinson, con motivo del día dedicado a esta enfermedad. A las 12 de medio día celebramos la Eucaristía. La enfermedad no es una maldición de Dios, aunque sea una prueba y una ocasión de completar en nuestra carne lo que falta a la pasión de Cristo. Es también una ocasión que las familias tienen para ejercer el amor a sus miembros enfermos. Inevitablemente nos vino a la memoria un enfermo ejemplar de Parkinson, que será beatificado dentro de muy pocos días: Juan Pablo II.No cabe duda que recordando los últiños años de su vida, el ejemplo que nos ha dado es reconfortante.

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