Mientras que muchos pueblos que durante el resto del año están prácticamente vacíos ahora se llenan de gente. parroquias como la nuestra se quedan casi vacías. Suponemos que eso no signifique que los que se han ido no participen en las parroquias donde pasan las vacaciones. Las vacaciones no deberían ser un paréntesis en lo referente a la vida cristiana. Sería triste que los niños que venían a misa todos los domingos, pierdan ahora el hábito de asistir.
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