11 de abril de 2011

Ayer domingo, como cada domingo, celebrábamos la eucaristía haciendo presente a Jesucristo. Era un domingo más, aunque para algunos tuviera un eco especial. Un diez de abril hace treinta y cinco años recibíamos els acramento del orden sacerdotal y hoy hace treinta y cinco años, otro once de abril, celebrabamos la primera mis solemne en el pueblo. Era un domingo de ramos. Jamás pude imaginar que algun día llegaría a estar esta parroquia, que ni siquiera existía. Mirando hacia atrás son muchos los motivos para dar gracias a Dios y, sobre todo, la alegría de poder mirar hacia adelante con ilusión. La fotografía recuerda aquel domingo de ramos. La foto se amplía pulsando el ratón sobre ella.