Lamento, una vez más, no llevar esto al día. E n realidad el viernes pasado fue un día histórico cuando por la tarde sin ningún ritual especial ni fotos ni testigos, Jesús, el encargado de la obra me entregó las llaves y se fue. Confieso que aunque debería ser un momento feliz sentí como pena al ver finalizar una etapa entrañable. Hoy la foto significa un paso más. Son los sacerdotes encargados de preparar la liturgia de la consagración de la iglesia para programar la celebración.
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